Cipalam mantiene, desde abril de 2008, un proyecto social que asiste a la comunidad de alrededor de las dos unidades – en el barrio Iguaçu, en Ipatinga y en Santana do Paraíso. El instituto lleva el nombre del patriarca de la familia – Sr. Raimundo Anício Alves, fundador de Cipalam – y recibe alrededor de 80 niños y adolescentes en el horario opuesto al escolar, dos días a la semana, para actividades como refuerzo escolar y clases de yudo.

Es el brazo social de la empresa que se enorgullece de la historia familiar que viene construyendo desde su fundación, en 1985.

La elección de los niños asistidos, que tienen entre seis y dieciséis años, se basa en la situación socioeconómica de la familia, entre ellos, hijos de empleados. La actual gestión tomó frente en 2014, y desde entonces, invierte cada vez más en la calidad del trabajo, desde el material usado por los niños hasta la merienda que les sirven.

En 2020, fue implementada la “Escuela del Puente”, basada en un modelo portugués en el cual los niños aprenden a tener autonomía. Los llevan para ayudar en las compras del instituto y enseñan a los niños durante las clases de refuerzo, por ejemplo. Siempre asistidas por el equipo formado por profesionales graduados en pedagogía y con postgrado en educación infantil.

La creación del Instituto Cipalam surgió de la preocupación que se tenía con un niño, Matheus, en aquél entonces tenía cuatro años, que siempre estaba cerca de la empresa pidiendo ayuda. Al presidente en aquella época, Geraldo Eder, le gustó la idea de ayudar, no solo a Matheus, pero la comunidad donde se encuentra la fábrica, en el barrio Iguaçu. En 14 años, más de 200 niños y adolescentes han sido asistidos por el Instituto.